Los beneficios que aporta el correcto aislamiento térmico de una comunidad son cuantiosos, teniendo a su vez repercusiones económicas. Se ve traducido en la reducción de hasta un 30% de las emisiones de dióxido de carbono, un confort inigualable en el interior de las viviendas y por último repercute en un importante ahorro económico.
Las particularidades del envoltorio de tu vivienda se van a ver plasmadas en una mejora de la eficiencia energética, que tendrán una clara repercusión en la disminución de tus facturas eléctricas.
Si vas a llevar a cabo el aislamiento térmico de tu vivienda o comunidad de propietarios, AVIR, dedicada a la construcción a nivel nacional, es la empresa que estás buscando.
Los aspectos que hay que trabajar para mejorar el aislamiento térmico de una comunidad, y en concreto de cada una de las viviendas, empiezan por los suelos, huecos, tabiques, cubiertas y muros exteriores. Todos los elementos que forman parte del revestimiento exterior de una vivienda van a determinar que su resistencia al paso del calor y del frío sea la correcta.
Acorde con la declaración del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), un adecuado aislamiento térmico de tu fachada puede permitir hasta un 35% del ahorro de las facturas de calefacción durante los meses de invierno.
Entre los tipos de aislantes térmicos que podemos encontrar destacan:
- Paneles de lana mineral
- Aglomerado de corcho
- Vidrio celular
- Planchas de poliestireno expandido o extruido
- Fibras de celulosa
- Espuma de poliuretano
Un estudio realizado por ANAUS (University Network for Architectural and Urban Sustainability), cuyo propósito era dar con el tipo de aislante térmico más eficiente y sostenible, destaca que no hay únicamente un tipo de aislante ideal. Llevando a cabo una comparación de todos los aspectos técnicos y energéticos de todos los materiales se han alcanzado algunas conclusiones. En relación a la eficiencia técnica, los materiales orgánicos e inorgánicos sintéticos son los más elegidos por los usuarios. Teniendo en cuenta la eficiencia energética, las fibras de celulosa y el aglomerado de corcho destacan por su minimización del consumo de energía y emisión de gases de efecto invernadero. La lana mineral también sobresale por la escasa cantidad de residuos que genera durante su proceso de fabricación, y por el bajo coste que supone.
El aislamiento es la única vía si quieres llevar un ahorro del consumo de energía en tu comunidad de propietarios o viviendas.
No olvides que una rehabilitación del aislamiento térmico de la fachada se amortiza en un periodo comprendido entre los 5 y los 7 años, y el ahorro que genere podrá llegar a superar ocho veces más del coste total que tuvo la obra.